El trastorno obsesivo –
compulsivo (TOC) es una enfermedad que
está clasificada dentro de lo trastornos
de ansiedad. Es una enfermedad de curso crónico, con tres síntomas principales:
obsesiones, compulsiones y dudas. Son pacientes que, por ejemplo chequean la llave de gas o la
cerradura de la puerta infinidad de veces, acomodan objetos simétricamente o
con cierto orden, se lavan las manos muchísimas
veces al día, realizan conteos mentales, no tocan picaportes por temor a
contaminarse, refieren pensamientos intrusivos, absurdos en contra de su
voluntad, guardan objetos inútiles en grandes cantidades por si alguna vez
tienen que usarlos, etc.
Tiene una prevalencia
poblacional mundial de 1.6 a 2,5 por ciento, en países
o ciudades con características socioculturales muy diferentes, evidenciándose
así su importante componente genético. Generalmente se presenta en los primeros
años de la vida adulta y se halló un inicio más precoz en hombres. La media de
edad de comienzo es a los 20 años, aunque los hombres pueden tener una edad de
comienzo ligeramente menor. El trastorno puede iniciarse desde la infancia y adolescencia. Afecta más a
personas solteras que casadas, aunque este hallazgo seguramente sea un reflejo
de la dificultad de los pacientes con TOC de formar y mantener una pareja.
Las obsesiones son
pensamientos, imágenes, ideas o impulsos de carácter persistente y perturbador,
que el individuo considera como invasivos, e
intenta rechazarlos, pero esto le resulta muy difícil de lograr.
Se clasifican, según su
contenido, en miedo a la contaminación o el contagio de una enfermedad, dudas
excesivas en las actividades diarias, pensamientos o imágenes relacionados con
el sexo, la religión o la autoagresión, la necesidad de orden, el miedo a
enfermar y coleccionismo. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos,
impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos
o actos; reconoce que estos son el producto de su mente.
Las
compulsiones son actos mentales o comportamientos recurrentes que aparecen
habitualmente en respuesta a las obsesiones, con el propósito de neutralizar la
ansiedad.
Pueden ser mentales o motoras. Las primeras implican una
necesidad irresistible de llevar a cabo
un acto mental, como por ejemplo repetir una y otra vez determinada s frases.
Las motoras, la necesidad inmediata de llevar a cabo cierto acto como, por ejemplo, tocar determinado número
de veces algún objeto. Cumplen la función de aliviar la ansiedad provocada por
determinada obsesión, o de "prevenir" (pensamiento mágico) que ocurra
una desgracia.
Se clasifican en conductas de lavado o limpieza, chequeo,
repetición, orden,
coleccionismo, rituales mentales y necesidad de aprobación de las
conductas propias por parte de otros.
El
curso de la enfermedad es fluctuante y
genera una importante disminución en la calidad de vida del paciente,
perturbaciones significativas en áreas laborales, sociales, familiares y
personales, además del gasto que le genera al Estado debido a las ausencias
laborales y gastos en estudios médicos innecesarios la mayoría de las veces.
Las
personas con TOC suelen presentar otras enfermedades mentales, mayormente con
Depresión y Fobia Social. Le siguen trastornos por consumo de alcohol, Trastorno
de Ansiedad Generalizada, Fobia
Específica, Pánico, Trastornos de la conducta alimentaria y Trastornos de la Personalidad.
La
llamada terapia cognitivo-conductual y
el tratamiento farmacológico adecuado y controlado por profesionales especialistas en el tema, son considerados
actualmente los tratamientos de primera elección para el TOC.
Parte
del tratamiento incluye a la
psicoeducación, a continuación se enumeran los objetivos de ésta:
- Educar al paciente sobre su trastorno, su curso clínico y sus complicaciones.
- Destacar que los trastornos de ansiedad son enfermedades reales y que requieren apoyo y tratamiento.
- Proporcionar a la familia, cuando sea adecuado, información similar a la que se da al enfermo.
- Ayudar a la familia a entender que la enfermedad, muchas veces, es muy angustiante para el paciente y que los trastornos de ansiedad alteran de forma importante la calidad de vida del paciente y la familia si no se tratan.
- Informar al paciente que durante el tratamiento pueden ocurrir fluctuaciones de los síntomas.
La tasa
de recuperación es alta, si bien el grado de la misma depende de cada caso en
particular. Llamamos recuperación a la vuelta gradual del paciente a la vida
social y laboral.
Dra. Carolina Quantin