Claudia de 42 años consulta por ataques
de pánico, derivada por su psicóloga. Dice: “la estoy pasando muy mal, nunca
tomé nada y no me gusta la medicación, pero no doy más, necesito ayuda”.
No puede ir a trabajar ni llevar a sus hijos al colegio.
Al avanzar en la primera entrevista comenta que toma levotiroxina para
el hipotiroidismo y enalapril para la hipertensión. “Eso sí sé que no lo puedo
dejar nunca, es diferente, tengo que tomarlo sí o sí”. Claudia nunca tuvo
síntomas clínicos de hipotiroidismo o hipertensión, ambas patologías fueron
descubiertas en controles médicos de rutina. Sin embargo, pudo comprender la
importancia de tomar esta medicación “de por vida”. Respecto al tratamiento
psicofarmacológico dice: “tengo miedo a la medicación. No quiero volverme
adicta. ¿Cuándo voy a dejarla?”
¿Por qué hay pacientes que dicen sentirse muy mal, que aún no iniciaron
el tratamiento farmacológico y ya están pensando en cuándo dejar la medicación?
Hoy en día los efectos adversos de la medicación utilizada para los
trastornos de ansiedad suelen ser leves, no peligrosos, y en la mayoría de los
casos desaparecen durante la primera semana. Para evitar o disminuir esos
efectos es fundamental que la medicación sea manejada por un especialista,
comenzar con dosis bajas y aumentarlas progresivamente hasta lograr la remisión
del cuadro. Es el o la psiquiatra quien sabe los tiempos que tarda en hacer
efecto la medicación, con qué frecuencia debe ser indicada y los posibles
efectos adversos (diferenciándolos de los síntomas ansiosos del paciente).
Sofia de 24 años inició tratamiento
por pánico y agorafobia hace dos meses. Ingresa a la consulta contenta por
haber podido retomar la facultad, rendir y no perder ninguna materia. La
paciente nota una gran mejoría, aunque aún no logra viajar sola en subte,
pero sin embargo manifiesta deseos de dejar la medicación, aun cuando no
presenta ningún efecto adverso. “Ya está, con esto soy feliz, pensé que nunca
iba a volver a soportar una clase entera.”
¿Por qué muchos pacientes a pesar de sentirse mejor con la medicación
psiquiátrica quieren dejarla?
Una vez que el paciente logra la remisión del cuadro (es decir, la
reducción del 90 al 100% de los síntomas) se debe realizar una fase de
mantenimiento (algunos meses) con la misma dosis que logró la mejoría, así como
cualquiera de nosotros continúa el tratamiento antibiótico por el tiempo
indicado a pesar de haber dejado de presentar dolor o fiebre a los pocos días. La
medicación continúa actuando en nuestro cerebro. Un tratamiento abandonado
antes de tiempo no es un tratamiento completo y el paciente tiene altas chances
de recaída.
Martín, 45 años. Hace dos años que
realiza tratamiento por trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Consultó por
preocupación excesiva, pensamiento catastrófico, contracturas e insomnio.
Actualmente no presenta efectos adversos a la medicación. Realiza controles
psiquiátricos cada dos meses y psicoterapia semanal. En las últimas
consultas apenas entró al consultorio dijo: “doctora estoy bien pero por favor
no me saque la medicación”. Hace seis meses, cuando se intentó
retirar la medicación, no presentó ninguna recaída pero reconoció no dormir tan
bien como antes y estar levemente más irritable, por lo que acordamos
retomar a la dosis mínima de medicación para sostener la mejoría.
En el otro extremo están quienes presentan temor a dejar la medicación.
¿Hace mal tomar medicación durante mucho tiempo?
En la actualidad, no hay contraindicaciones para el uso de psicofármacos
específicos para los trastornos de ansiedad a largo plazo. De hecho, muchos
pacientes se benefician con esto. Podría ser el caso de aquellos que
presentaron cuadros muy severos desde el inicio, que tardaron mucho tiempo en
recuperarse o que presentaron varios episodios similares a lo largo de su vida.
La dosis de medicación en la fase de mantenimiento suele ser menor a la del
inicio del tratamiento. También, como mencionamos anteriormente, la medicación
continúa actuando y posee un efecto preventivo de futuras recaídas.
Los tratamientos de los trastornos de ansiedad suelen durar en promedio
entre 12 y 18 meses. Sin embargo cada caso debe ser evaluado de manera
particular.
Por todo lo mencionado, en caso
de tener alguna inquietud o miedo respecto a la medicación, o querer dejarla,
es fundamental consultarlo con un especialista en ansiedad.
Dra. María Laura Liceaga