La realidad no es algo a lo que podamos acceder de manera
objetiva. Existen numerosas interpretaciones de lo que podemos llamar realidad,
quizás tantas como personas existen.
La manera en que vemos, pensamos, entendemos las cosas,
depende de múltiples factores: temperamento heredado, estilo de crianza de
nuestros padres, experiencias de vida, etc.
Todos estos elementos contribuyen a
formar los filtros a través de los cuales vamos a leer el mundo que nos rodea y
a nosotros mismos. Donde uno ve un problema, otro ve una oportunidad; donde
alguien percibe peligro, el de al lado asume un desafío; quien es rechazado
aquí, es aceptado más allá.
La Terapia Cognitiva se basa en este principio para
conceptualizar los trastornos psicológicos y los problemas de conducta. La idea
es que no vamos a sentir y actuar en función de los hechos que suceden, sino
como consecuencia de cómo pensemos dichas situaciones. Elaboramos esquemas con
los que interpretamos la información del medio externo e interno. Cuando alguna
de dichas estructuras cognitivas es demasiado rígida, se basa en prejuicios
infundados o tiene algún tipo de distorsión, se transforma en fuente de
malestar para la persona y su entorno.
En las personas que padecen trastornos de ansiedad, es
habitual encontrar distorsiones a la hora de interpretar al entorno y a sí
mismo. El mundo, o cierta porción de él, es visto como un lugar excesivamente
amenazante y el propio sujeto se percibe sin herramientas para hacerle frente,
con un alto grado de vulnerabilidad.
El proceso terapéutico que aborde la ansiedad y sus
trastornos específicos deberá, en principio, comprender muy bien cómo se
configuran estas distorsiones en cada paciente. A qué teme, de qué manera, con
qué formas de afrontamiento desde lo conductual; para luego poder
planificar las estrategias necesarias que intenten modificar esas
interpretaciones erróneas y las consecuentes conductas disfuncionales que
mantienen el problema.
El objetivo, en última instancia, es lograr que el paciente
incorpore la noción de que la manera en que está viendo las cosas es una de las
tantas posibles, no la única, no la verdadera, pero sí una que lo hace sufrir. Allí
es donde se abre la puerta para el cambio.
Lic. Diego Tzoymaher
Lic. Diego Tzoymaher