Como todos los años tuvimos el agrado de participar en el congreso de la Asociación Argentina de Psiquiatras. En esta oportunidad presentamos dos mesas sobre temáticas de gran actualidad y sobre las que trabajamos diariamente en nuestra institución. En la primera de ellas, la doctora Laura Liceaga y los licenciados Florencia Puccio y Diego Tzoymaher expusieron sobre la adicción a Internet, su descripción y tratamiento. En la mesa restante organizada en torno al tema del trastorno de ansiedad generalizada, la doctora Carolina Quantin y los licenciados Cecilia Veiga y Diego Tzoymaher abordaron la descripción y el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico de la preocupación excesiva. Como siempre, la divulgación de nuestro trabajo entre colegas de la salud mental es un compromiso que asumimos con sumo placer.
Un espacio para comunicarnos. Editoriales, novedades y un canal de comunicación e intercambio donde puedas dejar tus consultas, inquietudes y aportes. Quienes deseen más información pueden ingresar también en nuestro sitio web: www.centroima.com.ar
domingo, 23 de noviembre de 2014
miércoles, 20 de agosto de 2014
Libro recomendado del mes
En esta oportunidad queremos recomendarles "El control de tu estado de ánimo. Manual de tratamiento de terapia cognitiva para usuarios", de Dennis Greenberger y Christine Padesky. Este libro funciona como una guía práctica para aplicar los fundamentos de la terapia cognitivo conductual en los problemas del estado de ánimo, ansiedad, enojo, culpa y vergúenza. Es una herramienta muy útil para quien quiera trabajar estas cuestiones de manera autónoma, a modo de un libro de autoayuda, y también para el terapeuta como forma de acompañar el proceso de cambio con material bibliográfico. Cuestionarios, registros, ejercicios y ejemplos clínicos, hacen que este libro sea dinámico y ameno para quien se acerque a su lectura. No es sencillo encontrar publicaciones para público general que estén basadas acertadamente en conceptos de la terapia cognitivo conductual, y esta es una de ellas. Esperamos que les resulte de interés.
Lic. Diego Tzoymaher
lunes, 16 de junio de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
CentroIMA en APSA 2014
Una vez más CentroIMA fue parte del Congreso Argentino de Psiquiatría de la Asociación Argentina de Psiquiatras, que se realiza anualmente en la ciudad de Mar del Plata. En esta oportunidad el encuentro, número XXIX, tuvo lugar en el NH Gran Hotel Provincial del 23 al 26 de abril.
Nuestra institución participó con dos mesas redondas que abordaron el tema de las adicciones comportamentales. En una de ellas Carolina Quantin, Florencia Puccio y Diego Tzoymaher disertaron acerca de la adicción a Internet y a los juegos on-line. En la otra, Laura Liceaga, Cecilia Veiga y Enzo Cascardo expusieron sobre la adicción al trabajo.
Ambas mesas contaron con salas llenas, lo que evidencia el alto interés que generan estos tópicos.
La divulgación y el intercambio de conocimientos con el público general y con otros profesionales es un objetivo continuo de CentroIMA, más allá de la atención de nuestros pacientes.
Damos las gracias a APSA por brindarnos el espacio para hablar de nuestro trabajo y esperamos volver a ser parte del Congreso el año entrante.
De izq. a der.: Carolina Quantin, Diego Tzoymaher, Florencia Puccio y Enzo Cascardo |
De izq. a der.: Cecilia Veiga, Enzo Cascardo y Laura Liceaga |
lunes, 14 de abril de 2014
“No necesito tratamiento, necesito trabajo”
Edgardo
tiene 43 años, es casado, sano físicamente, bachiller y empleado administrativo
de una empresa de seguros desde hace 21 años. Fue despedido hace 6 meses y
aceptó la entrevista psiquiátrica exclusivamente por pedido de su esposa.
Refiere que al perder el trabajo comenzó a sentirse inquieto, nervioso, con dificultad
para dormir, sueño no reparador y pesimista en relación al futuro familiar y al
propio.
Concurrió
a varias entrevistas de trabajo y no consiguió insertarse laboralmente. Al despido
inicial se sumó una prolongada desocupación. A pesar de haber estado muy
afectado desde que recibió el telegrama de despido, se negó a realizar todo
tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico, pues consideraba que lo que le
sucedía era normal y lógico a la situación. Durante la primera consulta dice:
“lo mío se arregla con trabajo o dinero, no con palabras, pero si me quiere dar
algo para tomar lo probaría porque así no doy más”. Reconoce haber concurrido a
todas las entrevistas laborales, sumamente ansioso por su inexperiencia para
este tipo de “entrevistas modernas”. Se pregunta también qué hubiera pasado si
hubiera concurrido más tranquilo y sereno.
A
Edgardo se le diagnosticó Trastorno Adaptativo Ansioso y fue medicado con dosis
bajas de ansiolíticos, comenzando a mejorar en la primera semana y
encontrándose estabilizado desde el
primer mes de tratamiento.
TRASTORNOS ADAPTATIVOS
Se
denominan así a los trastornos de sintomatología variable que se producen como
consecuencia de una mala/pobre adaptación a la exposición reciente a
eventos/factores estresantes claramente identificados.
El
cuadro clínico debe producir un malestar francamente mayor de lo esperable en
respuesta al/los estresante/s y a su vez impactar/”trastornar”
significativamente las actividades sociales, laborales o académicas de quien lo
padece.
¿Cuáles suelen ser los estresores más
frecuentes como causales de un trastorno adaptativo?
1) De
la vida de relación:
·
Embarazo
·
Problemas
de pareja
·
Separaciones/divorcios
·
Dificultades
laborales
·
Ascensos
importantes o despidos
·
Mudanzas/desarraigos
·
Problemas
económicos
·
Jubilación
2) Enfermedades médicas:
·
Enfermedades
agudas o crónicas, evaluaciones diagnósticas complejas y/o prolongadas
· Cualquier
situación psicofísica que produzca una merma o pérdida de autonomía y de autosuficiencia
Si bien este tipo de situaciones estresoras son indudablemente frecuentes, no todos los sujetos
expuestos enferman desarrollando un trastorno de adaptación.
De
acuerdo al predominio de síntomas, los trastornos adaptativos pueden dividirse
en varios subtipos:
·
Con
estado de ánimo depresivo: con predominio de síntomas del tipo de ánimo depresivo,
llanto o desesperanza.
·
Con
ansiedad: con predominio de síntomas como nerviosismo, preocupación o
inquietud.
·
Mixto
con ansiedad y depresión
·
Con
trastorno de comportamiento (vagancia, vandalismo, conducción de automóviles
irresponsable, peleas e incumplimientos legales)
·
Con
alteración mixta de las emociones y el comportamiento.
TRATAMIENTO
Se
trata de cuadros altamente prevalentes,
que muchas veces al ser subdiagnosticados, no son tratados. Esto genera con el tiempo posibles
patologías psiquiátricas más severas y deterioro de la calidad de vida del paciente.
Los trastornos adaptativos precozmente diagnosticados no suelen requerir
tratamientos farmacológicos muy prolongados. Los tratamientos integrados y
combinados de psicoterapia con psicofármacos son los más efectivos.
Una
vez que haya cesado el estresante o “sus consecuencias”, los síntomas no
debieran durar o persistir más de 6 meses; sin embargo, puede tornarse crónico
si el cuadro perdura en respuesta a un estresor que se ha cronificado o a sus
consecuencias si son permanentes. Siguiendo el caso anteriormente descripto, el
paciente puede conseguir trabajo pero continuar con sintomatología ansiosa, y
las consecuencias del periodo sin trabajo también pueden persistir (problemas
económicos).
En
conclusión, no debemos olvidar la importancia en la adecuada detección de los trastornos adaptativos para la implementación de un rápido y eficaz tratamiento.
Dra.
María Laura Liceaga
martes, 18 de marzo de 2014
Charla abierta a la comunidad: “Trastornos de ansiedad. ¿Cómo detectarlos? ¿Se pueden tratar eficazmente?”
Los
trastornos de ansiedad tienen una presencia significativa en la población,
tanto adulta como infantil. Pánico, fobias, timidez severa, preocupación
excesiva, obsesiones y compulsiones, son formas en las que estos problemas se
ponen de manifiesto. Muchas veces las personas tardan mucho tiempo en obtener
un diagnóstico correcto para estos desórdenes. Esta charla resultará de
utilidad para todo aquel que sospeche padecer de alguno de estos problemas o
que tenga familiares o amigos a quien quiera asesorar. Abordaremos las
características de los trastornos de ansiedad y las diferentes maneras de
tratarlos que cuentan con evidencia científica, tanto farmacológica como
psicoterapéutica.
Expondrá el Lic. Diego Tzoymaher, psicólogo de la institución.
Jueves 20 de
marzo, 19 hs. en la sede de CentroIMA, Scalabrini Ortiz 3355 4ºI
Actividad no
arancelada, con inscripción telefónica previa al 4805-2731 o 4803-9177
lunes, 3 de marzo de 2014
¿Preocupación normal o TAG?
- ¿Te resulta difícil poner fin a algunos estados de preocupación o, si necesitás enfocar tu mente en otro tema, te es imposible quitar satisfactoriamente la preocupación de tus pensamientos?
- ¿Te pasa que mientras estás intentando enfocar tu atención en leer, ver tv o trabajar, las preocupaciones irrumpen de golpe en tu mente dificultando dichas actividades?
- ¿Te preocupás por cosas que no revisten tanta importancia para los demás?
- ¿Encontrás motivos para preocuparte y ponerte ansioso incluso cuando las cosas van bien?
El TAG se
caracteriza por la presencia de ciertos pensamientos que describiremos a
continuación (llamados síntomas cognitivos): preocupación excesiva sobre una
amplia gama de acontecimientos durante más seis meses de duración, sobreestimación
de la probabilidad de que ocurran eventos negativos y pensamiento catastrófico.
Los síntomas físicos incluyen inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil,
tensión muscular, dificultades de concentración, irritabilidad y las
alteraciones del sueño. Es fundamental tener en cuenta los síntomas
cognitivos asociados con la preocupación persistente e incontrolable. De hecho,
las distorsiones cognitivas, principalmente la sobreestimación de la
probabilidad de que ocurra un evento negativo, son un síntoma clave cuya
consideración es imprescindible para el profesional que realiza el diagnóstico
de TAG.
Llamamos preocupación
excesiva a un estado de preocupación intenso, persistente y difícil de
controlar, que perturba el normal desarrollo de quienes lo sufren y de aquellos
que los rodean. Los contenidos de tal preocupación son aquellos comunes de la
vida cotidiana: la salud y el trabajo propio o de miembros de la familia, el
futuro, la economía, el rendimiento laboral, lograr cumplir a tiempo con
diversas obligaciones, llegar en horario a las reuniones, etc. Esta
preocupación lleva a quienes la padecen a vivir en un permanente estado de tensión y de
alerta (que se
refleja en cansancio fácil, irritabilidad, impaciencia, inquietud, contracturas
musculares, sueño poco reparador y dificultad para concentrarse), siempre
anticipando la posibilidad de que ocurran hechos negativos en el futuro próximo:
- Si tengo que irme de vacaciones en auto, seguramente habrá mucho tráfico, y es probable que avance muy lentamente y hasta que se produzca un colapso en la autopista y así ser blanco vulnerable para los ladrones que puedan rondar por allí.
- Mi hija va a bailar, y si no me responde el mensaje que le mandé es probable que la hayan secuestrado o que haya tenido un accidente
- Si suena mi teléfono a las once de la noche, es porque alguien va a darme una mala noticia.
- Me duele el estómago, quizá sea una enfermedad maligna y no la hayan detectado a tiempo.
.
Aunque la preocupación excesiva es el elemento
característico y principal en el TAG, a veces queda opacada por la gran cantidad de síntomas
físicos que tiene el paciente. El curso de la enfermedad es generalmente crónico y se acompaña por la
afectación del funcionamiento laboral, académico y social de los pacientes. El
TAG también genera una discapacidad similar a la observada en presencia de
otras enfermedades médicas. Con frecuencia, las personas con TAG presentan síntomas durante más de diez
años antes de recibir el diagnóstico correcto. Los síntomas que motivan la
consulta son generalmente la presencia de dolor muscular, fatiga, depresión y
alteraciones del sueño.
.
La persona
con un trastorno de ansiedad generalizada cree que vive en un mundo amenazante,
difícil de controlar y se considera a sí misma como alguien sin recursos para
afrontar los problemas que se le plantearán. Suelen ser exageradamente responsables e
hipercríticos. Es común que se ocupen de más cosas de las que les corresponden,
al considerar que los demás no lo hacen como deberían, sobrecargándose por no
querer delegar tareas a otras personas.
Si padecés de TAG, debes saber que la mejoría en
la calidad de vida es posible, siempre y cuando se aborde y resuelva el síntoma
central de este trastorno, la preocupación excesiva. Existen diversas técnicas
cognitivo-conductuales de probada utilidad para revisar y corregir el modo
catastrófico en que la realidad es percibida y procesada. También
disponemos hoy en día de nuevos psicofármacos específicos, orientados a atenuar
los síntomas físicos, a favorecer un mejor descanso, a disminuir la elevada
ansiedad cotidiana y a restablecer el estado anímico, con frecuencia deteriorado.
El tratamiento debe ser indicado y controlado por un médico especialista, el
cual evaluará cual es el fármaco indicado para cada caso, en qué dosis y
durante cuánto tiempo deberá ser administrado.
Un
diagnóstico adecuado es el primer paso para intentar abordar un problema
psicológico que muchas veces se confunde con una forma de ser.
Dra.
Carolina Quantin
domingo, 9 de febrero de 2014
Libro recomendado del mes
Con la recomendación de este libro inauguramos una nueva
sección en nuestro blog. La idea es compartir con ustedes lecturas que pueden
resultar de utilidad para transmitir ideas y conceptos que son habituales en la
práctica diaria del consultorio. Muchas de las publicaciones que vamos a
recomendar aquí se las sugerimos a nuestros pacientes en algún momento del
tratamiento como forma de acompañar el trabajo terapéutico. Esperamos que estas
propuestas despierten su interés y estimulen su curiosidad.
La primera recomendación que queremos hacerles es “El arte
de no amargarse la vida” del psicólogo español Rafael Santandreu. Es una manera
simple y amena de acercarse a los conceptos de la terapia cognitiva como forma
de abordar los malestares anímicos y emocionales.
El libro está organizado alrededor de dos conceptos
principales: la “necesititis” y la “terribilitis”. Santandreu sostiene que la
mayoría de los trastornos psicológicos causantes de sufrimiento y malestar
tienen que ver con la confusión entre deseos y necesidades, a eso lo denomina
enfermedad de la “necesititis”, y con creer que los problemas y carencias son
siempre terribles e intolerables, es a lo que llama “terribilitis”.
El autor usa estas expresiones, estos neologismos, como
forma de transmitir el concepto de distorsión cognitiva, eje central de la
conceptualización cognitiva de los desórdenes psicológicos, ya explicado en
este blog anteriormente, y los desarrolla valiéndose de casos de su práctica
clínica y de ejemplos de su vida personal.
Más allá de cierta radicalización y simplificación
conceptual, como el planteo de que para vivir solo necesitamos comida, agua y
un techo para guarecernos y que todo lo demás son deseos de los que podemos
prescindir sin sufrir, el libro de Santandreu es una muy buena aproximación a
las ideas que intentamos transmitir desde la terapia cognitivo conductual.
Lic. Diego Tzoymaher
sábado, 11 de enero de 2014
Todo depende de cómo interpretemos las cosas
La realidad no es algo a lo que podamos acceder de manera
objetiva. Existen numerosas interpretaciones de lo que podemos llamar realidad,
quizás tantas como personas existen.
La manera en que vemos, pensamos, entendemos las cosas,
depende de múltiples factores: temperamento heredado, estilo de crianza de
nuestros padres, experiencias de vida, etc.
Todos estos elementos contribuyen a
formar los filtros a través de los cuales vamos a leer el mundo que nos rodea y
a nosotros mismos. Donde uno ve un problema, otro ve una oportunidad; donde
alguien percibe peligro, el de al lado asume un desafío; quien es rechazado
aquí, es aceptado más allá.
La Terapia Cognitiva se basa en este principio para
conceptualizar los trastornos psicológicos y los problemas de conducta. La idea
es que no vamos a sentir y actuar en función de los hechos que suceden, sino
como consecuencia de cómo pensemos dichas situaciones. Elaboramos esquemas con
los que interpretamos la información del medio externo e interno. Cuando alguna
de dichas estructuras cognitivas es demasiado rígida, se basa en prejuicios
infundados o tiene algún tipo de distorsión, se transforma en fuente de
malestar para la persona y su entorno.
En las personas que padecen trastornos de ansiedad, es
habitual encontrar distorsiones a la hora de interpretar al entorno y a sí
mismo. El mundo, o cierta porción de él, es visto como un lugar excesivamente
amenazante y el propio sujeto se percibe sin herramientas para hacerle frente,
con un alto grado de vulnerabilidad.
El proceso terapéutico que aborde la ansiedad y sus
trastornos específicos deberá, en principio, comprender muy bien cómo se
configuran estas distorsiones en cada paciente. A qué teme, de qué manera, con
qué formas de afrontamiento desde lo conductual; para luego poder
planificar las estrategias necesarias que intenten modificar esas
interpretaciones erróneas y las consecuentes conductas disfuncionales que
mantienen el problema.
El objetivo, en última instancia, es lograr que el paciente
incorpore la noción de que la manera en que está viendo las cosas es una de las
tantas posibles, no la única, no la verdadera, pero sí una que lo hace sufrir. Allí
es donde se abre la puerta para el cambio.
Lic. Diego Tzoymaher
Lic. Diego Tzoymaher
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