El
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), es un trastorno que se caracteriza por la
presencia de ideas obsesivas, que invaden la mente del paciente de forma
intrusiva, persistente, molesta y difícil de controlar. Estas ideas a pesar de ser
completamente irracionales y sin sentido son generalmente creídas por el
paciente, quien reacciona ante ellas con gran ansiedad y malestar. Por
este motivo, y ante la necesidad de calmar la angustia y la ansiedad que las
ideas obsesivas traen aparejadas, el paciente intenta realizar alguna conducta
(manifiesta o mental) que le traiga alivio. Esas conductas o rituales lo calman
momentáneamente y comienzan a conformar un círculo vicioso por el cual ante el
surgimiento de una idea obsesiva el paciente siente la imperiosa necesidad de
realizar una conducta o ritual. Estas conductas son rígidas, estereotipadas y
se convierten en compulsivas ya que el enfermo no puede dejar de hacerlas.
Estos
pacientes generalmente se preocupan por cuestiones como contagiarse una
enfermedad o contaminarse, el orden, la simetría, la sexualidad y la
posibilidad de hacer daño a sí mismos o a terceros. Reaccionan frecuentemente
con rituales y compulsiones de lavado de manos, aseo excesivo, verificación,
chequeo de conductas ya realizadas (ej. cerrar la llave de gas) y orden
extremo, entre otras.
El
TOC, por ser un trastorno llamativo en su sintomatología, ha sido muchas veces
utilizado en películas u obras de teatro, sin embargo es importante interpretar
con seriedad la magnitud y complejidad de este cuadro psicopatológico.
La interferencia que este trastorno tiene en
la vida de quienes lo padecen es muy alta. Afecta severamente la calidad de
vida, las relaciones interpersonales, el trabajo y el estudio de los pacientes,
llegando en los casos más graves a generar una total incapacidad.
A
pesar de las dificultades que presenta este trastorno, también existe una forma
de abordarlo en pos de la recuperación. La
Terapia Cognitivo-Conductual (en combinación con un abordaje farmacológico) es
la primera elección de tratamiento en este tipo de patología, logrando mediante
técnicas específicas romper el círculo vicioso entre obsesiones y compulsiones,
obteniendo una mejoría significativa.
Las
técnicas más utilizadas en el tratamiento de este trastorno son:
- Exposición con prevención de la respuesta: Consiste en que el paciente entre en contacto y se exponga a los objetos diparadores, situaciones temidas o a sus propios pensamientos ansiógenos, pero sin realizar el o los rituales que habitualmente lleva a cabo para aliviar su ansiedad. Mediante este procedimiento el paciente logra romper el círculo vicioso entre obsesiones y compulsiones. La exposición puede ser gradual o total, pero siempre debe ser planificada, estructurada y sistematizada para lograr resultados eficaces.
- Modificación de las compulsiones: Incluye una variedad de posibilidades por las cuales el paciente aprende a tomar conciencia de la conducta ritual que realiza y, mediante un esfuerzo consciente, intenta modificarlo gradualmente hasta poder dejar de hacerlo por completo. Las opciones son: posponer el ritual, enlentecer el ritual y modificar algún aspecto del ritual.
- Reestructuración cognitiva: Consiste en ayudar al paciente a identificar sus pensamientos automáticos erróneos y conocer sus creencias irracionales más profundas, para poder luego discutirlas, cuestionarlas y generar un nuevo pensamiento más flexible y racional.
Los pacientes con TOC suelen sobrestimar
la probabilidad de un daño o peligro, subestiman sus propias capacidades de
afrontamiento y presentan distorsiones cognitivas típicas como intolerancia a
la incertidumbre, necesidad de control y materialización del pensamiento, entre
otras.
El
tratamiento del TOC implica todo un trabajo y esfuerzo del paciente por superar
sus síntomas.
Lic.
Florencia Puccio