miércoles, 4 de noviembre de 2009

Natalia y su obsesión con el HIV



"Sufro muchísimo por padecer esta enfermedad, que se centra en el terror que me provoca el HIV. Por temor a contagiarme, no puedo compartir muchas cosas con mis amigos y familiares. Tomar mate, algunas salidas(que dependen de la cantidad de gente y la situación), ir a baños públicos me provocan angustia. Aunque tengo toda la información sobre las formas de contagio, igual evito situaciones en la que supuestamente no hay peligro de transmisión. Estoy constantemente en la calle mirando el piso por si hay sangre o una mancha de color similar, preservativos o agujas, me la paso esquivando a la gente para evitar el simple roce. Ya no saludo con un beso, y si inevitablemente debo hacerlo, me limpio la cara de inmediato con un pañuelo descartable. Me pongo muy nerviosa cuando veo algún vendaje y más aún si veo una herida. He llegado a colocarme 5 o 6 curitas, aún en una herida pequeña. Para mí la relación de pareja es inexistente, me hago análisis cada 6 meses. Mi vida es una tortura, y el tiempo dedicado a mis rituales me impide llevar una vida normal". Natalia, 26 años.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es un trastorno psiquiátrico que ha sido reconocido por mucho tiempo, y hasta los últimos 20 años, como un trastorno raro y sin esperanzas. Actualmente se lo clasifica como un trastorno de ansiedad crónico, con diferentes grados de severidad, tratable y muy frecuente. Por lo general comienza en edad temprana y puede presentar un curso fluctuante a lo largo de la vida del paciente. Se han encontrado antecedentes familiares en aproximadamente el 25 % de los casos de TOC.Está compuesto por obsesiones, que son pensamientos e imágenes que se imponen al individuo y lo conflictúan, ocupando gran parte de su tiempo. Habitualmente dichas obsesiones son mantenidas en secreto debido a que con frecuencia la misma persona que las padece las considera absurdas o vergonzantes. Hasta que los síntomas llegan a ser lo suficientemente graves para que sus allegados lo adviertan.

Las características de los pensamientos obsesivos son su forma dubitativa, intrusiva, reiterativa y ambivalente. Los tipo de obsesiones pueden ser de contaminación (en el caso de Natalia el temor a contraer HIV), de verificación (revisar reiteradas veces, por ejemplo, la llave del gas, cerraduras, etc.), agresivas (temor a dañar a su hijo), sexuales, religiosas, de coleccionismo, somáticas y necesidad de simetría.

Las compulsiones son actos o pensamientos que el individuo se ve obligado a realizar para calmar la obsesión. Se dividen en mentales y motoras. Las compulsiones mentales implican una urgencia irresistible de llevar a cabo un acto mental, como por ejemplo repetir una y otra vez determinado pensamiento o palabra para prevenir que ocurran por ejemplo desgracias.Las compulsiones motoras implican la urgencia de llevar a cabo cierta secuencia conductual; las más frecuentes son las de lavado, verificación y las de repasar o repetir. Natalia sigue una misma minuciosa secuencia para lavarse los dientes, sacarse la ropa sucia, lavarla, etc. La naturaleza invasiva del TOC se apodera de la vida del paciente y de toda su familia, dado que sus compulsiones generalmente no ceden. Fijan toda su atención en la rutina diaria que cada vez es más rígida, por ende se centran en sí mismos y son incapaces de prestar atención a sus actividades y a los demás. Es sumamente difícil vivir bajo la propuesta de TOC; todo es control, censura, reglas, obligaciones, se extingue el placer, la tranquilidad, la creatividad... Por ésta razón el TOC constituye una enfermedad grave.

Existen tratamientos específicos eficaces, tales como el farmacológico y la terapia cognitivo conductual. Y es fundamental su detección temprana para lograr un menor deterioro de la calidad de vida.

Lic. Verónica Tamburelli