jueves, 23 de junio de 2011

Claustrofobia: El miedo al encierro


La claustrofobia (del latín claustrum -cerrado- y el griego φόβος, -fobia, miedo-) está considerada, por el Manual diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), como una fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad.
Las fobias específicas se caracterizan por un temor excesivo o existente a un objeto o situación. El hecho de tener que enfrentarse a esta situación provoca en personas con esta dificultad, síntomas de ansiedad.  De este modo, estas situaciones son evitadas o enfrentadas con mucho malestar.
Los temores asociados a estos escenarios son irracionales y excesivos, estando en presencia del estímulo real o con el simple hecho de anticiparse a la situación.

En este sentido, podemos ubicar a la claustrofobia dentro de las fobias específicas del tipo situacional.
En este caso, el temor está relacionado con diversas situaciones en las cuales los temores de quedar encerrado, atrapado o incapacitado para salir juegan un rol dominante.
Sin embargo, no solo se presenta como un miedo a los espacios cerrados, sino que las personas que padecen claustrofobia  lidian con la idea de asfixiarse por creer que no hay suficiente aire en ese lugar.
La mayoría de los espacios pequeños y cerrados suponen un riesgo de quedarse encerrado, como pudiera pasar en un ascensor, y una limitación de los movimientos, por lo que las personas con claustrofobia pueden sentirse muy vulnerables al limitarse en su actividad.  Es notable la connotación acerca de qué tipo de ascensores generan un miedo mayor: las personas con claustrofobia suelen llamar a esta clase de ascensores “herméticos”, siendo que en realidad, este tipo de ascensores no existe.  Los ascensores pueden ser cerrados o abiertos, pero en ningún caso una persona puede quedarse sin aire dentro de ellos.

Cuando una persona que sufre claustrofobia anticipa que va a entrar, o entra, en un espacio cerrado, experimenta una reacción de ansiedad intensa como falta de aire, palpitaciones o mareo. Debido a estos síntomas, normalmente se evitan los espacios cerrados. Por ejemplo, subir por las escaleras 12 pisos antes que usar el ascensor, negarse a que le practiquen una tomografía incluso cuando es necesario, no utilizar el tren o el subte, no bajar a sótanos, serían algunos casos.
En cuanto a la ansiedad, la respuesta de esta disminuye considerablemente cuando la persona abandona el sitio cerrado.
Los síntomas pueden incluir aquellos típicos de un ataque de pánico:
  • Sudoración 
  • Palpitaciones 
  • Sensación de falta de aire o hiperventilación 
  • Temblores 
  • Embotamiento o miedo al desmayo 
  • Escalofríos 
  • Hormigueos 
  • Náuseas 
  • Sensación de tener miedo, terror, pánico.
Quienes padecen de claustrofobia, no solo sufren los síntomas mencionados en los espacios típicos, sino que a raíz de ello se ve afectada su calidad de vida, puesto que se trata de espacios integrados para la vida social y cotidiana.

Tratamiento:
El tratamiento que ha mostrado mayor eficacia es la Terapia Cognitivo-Conductual, mediante la cual se intenta focalizar y desafiar los pensamientos distorsionados que llevan a la aparición de la ansiedad patológica.
Las personas que sufren de claustrofobia exageran la posibilidad de que ocurra algo grave o terrible al tener que enfrentar la situación temida.  Sienten y piensan que no tienen herramientas ni recursos suficientes para hacerle frente. 
El tratamiento brinda técnicas para reducir la ansiedad, tales como la exposición en vivo (la persona afronta en repetidas ocasiones la situación temida con la ayuda de nuevos recursos y herramientas para manejar la ansiedad), la desensibilización sistemática (establece una jerarquía de situaciones temidas afrontándolas progresivamente de menor a mayor), la respiración diafragmática o abdominal (es una  técnica respiratoria que favorece la relajación), y además, técnicas de imaginería y relajación muscular. 
Es importante mencionar que, para el tratamiento de la claustrofobia, es poco frecuente la utilización de psicofármacos, debido a que quienes padecen esta enfermedad logran la recuperación en un alto porcentaje y en un corto periodo de tiempo, mediante la implementación de las técnicas mencionadas.

Lic. Santiago Raggio